Buena parte de las propiedades atribuidas a la cúrcuma (antiinflamatorias y anticancerígenas, por ejemplo) son debidas a su acción antioxidante. Y más concretamente a la acción de la curcumina, un compuesto fenólico que contiene el rizoma de la planta y que se asimila mejor cuando se acompaña de pimienta negra y de alguna grasa.
LOS BENEFICIOS PROBADOS DE LA CÚRCUMA:
✅ Si se asimila bien, la curcumina combate la oxidación de los tejidos, reduciendo su irritación y deterioro. De ahí, la eficacia de esta raíz medicinal frente a los trastornos inflamatorios y neurodegenerativos.
✅ Pero sus propiedades son muchas. La medicina tradicional la ha utilizado para todo tipo de trastornos, desde desinfectar heridas a tratar resfriados, eccemas o picaduras. Veamos a continuación las propiedades científicamente demostradas hasta ahora.
1. AYUDA A COMBATIR EL CÁNCER
Los estudios demuestran que la curcumina reduce la aparición de células cancerígenas en la boca, la piel y el intestino. Tanto que se considera un potencial agente quimiopreventivo del cáncer. También facilita la muerte prematura de la célula cancerosa y es capaz de inhibir las metástasis en numerosos tumores.
El cáncer de mama es uno de los que mejor responde a la curcumina. Puede emplearse como complemento de la quimioterapia, pues potencia la eficacia del taxol y posee una acción parecida al tamoxifeno (ambos fármacos habituales en este tipo de cáncer).
2. ALIVIA LA ARTROSIS
La curcumina actúa sobre los mediadores de la inflamación, como los leucotrienos, los neutrófilos, la agregación plaquetaria y la actividad de la enzima COX. Se considera que su acción antiinflamatoria es equiparable a la del ibuprofeno o fenilbutazona en el tratamiento de afecciones como la artritis.
La actividad de la cúrcuma se aproxima a los fármacos antiinflamatorios «inhibidores COX2», como el etoricoxib, pero sin sus efectos secundarios.